3/9/12

Dicho de la semana (15) Poner la mano en el fuego

La procedencia de este ficho, que se utiliza para manifestar el respaldo total a alguine o algo, se remonta la época en la que se practicaba el llamado Juicio de Dios. También conocida como Ordalía, ésta era una institución jurídica que dictaminaba, atendiendo a supuestos mandatos divinos, la inocencia o culpabilidad de una persona o una cosa -un libro, una obra de arte- acusadas de quebrantar las normas establecidas o cometer un pecado. Esta costumbre pagana, que fue común entre los germanos y otros pueblos antiguos, se ejecutaba de formas muy diversas. No obstante, casi todas constituían en pruebas de fuego.
Ante el tribunal, el acusado debía sujetar hierros candientes o introducir las manos en la lumbre o en una hoguera. Si la persona salía de la prueba indemne o con pocas quemaduras significaba que Dios la consideraba inocente, y, por tanto, no tenía que recibir ningún castigo.

 

1 comentario:

Hancastera dijo...

La verdad es que es curioso el origen.
Una entrada muy original.
Besitos ^.^

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